17.2.09

NARCISO (1 de ?) // Febrero 09

Presentación Narciso (1 de ?).

Narciso vuelve a enredarse en el escote de una puta para, otra vez, arrancarle con los dientes la carne suave.
Caen goterones de sangre desde el pezón al hocico del poeta /ese paria que masturba palabras para decirlas suyas/ mientras un mar de cáncer consume los ojos licuos de la siesta.
¿Cuán vulgar puede convertirse un cubo de humo para no transpirar por su ausencia? Los rasgados pellejos del artista se hacen arte.

Un fantástico cuento breve de Autieri abre las fauces para devorarlo todo. Fara sueña, copula, bebe y mea poesía. Un marconigrama bastardo de Tomba nos ensucia el zapato. Mattano gime crónicas de un ego con pus.
La calle sigue oliendo a resina de árbol, a basura olvidada, a espejo roto.
Narciso levanta una hernia, la declama hermosa y la sorbe.


NARCISO SOY YO.

Extraño suceso matutino. (Carlos Autieri)

Encontré debajo de mi cama un raro pájaro muerto, carecía de alas y patas o en realidad parecia que estas habian sido suplantados por ruedas. Si ¡¡Ruedas!!, redondas, negras, chiquitas, dos delanteras, dos traseras, con un travesaño de metal que las unía. Lo tomé en mis manos, me sorprendió lo duras y frias que estaban las plumas, y pensé que el rigor mortis nos llegaría a todos y nos volvería azules y plásticos y con ventanitas y puertitas chiquitas a los costados y con unas lucecitas inútiles en la trompa que ya nunca mas alumbrarán.
Pobre pájaro muerto pensé, ya nadie jugará carreras con él.

Alta velocidad. (Gabriel Fara)

Las encuestadoras nos saltean
y permitimos que la escarcha
pueble nuestras manos.
Como si estuvieran
por chocar dos autos,
pero se atravesaran
como fantasmas
de alta velocidad.

Poema 2. (Tomba)

Llama el vómito dragón,
y la siesta se hace carne
en su cuerpo hembra.

La patria me llama y yo, como un boludo, voy. (Sergio Mattano)

“me despertaba a la mañana
y me iba al laburo
donde los obreros aceptaban todo
menos el sueño de
escapar”
C. Bukowski


3.10.05
4.00 AM
Día frío... viento... el horror de despertarme y saber que no he dormido y que, en parte, mi destino próximo se prostituye.
Saber que ella no es mía... pero soy suyo por rencor.
7.00 PM
Anochecer frío... el horror de saber que mi futuro (mañana... y muchos días más, están prostituidos).
Ella me promete humedades... pero me obligo a perderla.

4.10.05
4.00 AM
Amanece el día unas horas después que lo hago yo.
Llueve... ya no soy mío.
Desenamorarse.
Ella, una perra; yo, un idiota. No la quiero. No la puedo.
9.00 PM
El sueño (el único, ya que no existen las metáforas) no llega.
Tafirol para los músculos; té de menta para dormir: ACIDEZ!
Ella me deja besarla, yo aprovecho: ya no la amo... la deseo, sí, pero de un modo tan carnal que me espanta...
Sólo CARNE, SUDOR y SEMEN.

5.10.05
4.00 AM
Abrazarle el vientre, comer la urgida causa de placer... oler su perfume como destino, nada más.
Fundir bronce con la mirada, saber cosas que no me interesan (como el origen de la aleación, los transas del sindicato y el color de las llaves del casillero de papá)
Pensar un libro de escultura. Arte y aleación. Ver que sus ojos ven y no riman.
Me siento bien en mi patria de flan, en el jardín de sus pechos ínfimos, en un fin de semana tomando mate con Adriana y leyendo Mallarmé... algo huele a Rugmaná.
4.00 PM
Cansados ojos carmesí. Un par de mails, discutir con Levi-Strauss, mojar la cama; no más.
Quisiera escribir los versos más negros esta noche / escribir, por ejemplo, que aún creo en el sueño que huele a carroña, que mora bajo tierra con mil balas fraticidas.
Irme a la mierda, leer a Simone bajo el sol, tomarme una birra con la rubia de mi diestra y, en forma siniestra, invitarle un café a la Pitu, endrogarla y acuchillarla de forma salvaje... ARTE! ARTE! ARTE!
Comer alfajorcitos de maicena con mate... y nada más.

6.10.05
?.?.?
Morir. Irrefutablemente morir.
Aviso de fiesta en casa de Ivonne: Mañanas campestres perfumadas de azar... Abrazando el viento del azur... brillando como una esclava negra, nena...
Morochas, Morel, APP, Fara, dios en tetas.
Declamar en licor las herrumbres.
Poetizar la herida fémina.
Gritarle a los ojos la ceguera.

Pero hay que fundir bronce, tomar té con sabor a lavandina y decirse que en fin, cualquiera llama a eso un buen laburo, que no hay que estar muy estúpido para creerlo y que en pocas semanas uno se puede estupidizar, y que mañana ella se desnuda, arquea su cuerpo sobre mí y, entre gritos apagados, nos fundimos en fluidos... y nada más